Un divorcio nunca es sencillo, incluso si es de mutuo acuerdo. Por esta razón, es fundamental contratar los servicios de un abogado matrimonialista experto en la materia y que inspire confianza. La relación con él debe ser abierta y fluida ya que se van a tratar asuntos personales.
Una de las principales diferencias entre el divorcio amistoso y el divorcio contencioso es que en el primero los cónyuges comparten abogado. Mientras, en el divorcio contencioso cada cónyuge debe contratar a su propio abogado, por lo que es un proceso más costoso desde el punto de vista económico.
Divorcio amistoso y contencioso
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 78,9% de los divorcios en España se resuelven de mutuo acuerdo. Es la opción más ventajosa para los cónyuges ya que se agilizan los trámites y no se alarga la situación de forma innecesaria.
Sin lugar a dudas, un divorcio amistoso es mucho más beneficioso para ambas partes. Cuando una pareja ya ha tomado la decisión definitiva de divorciarse, cuando más breves y sencillos sean los trámites, mejor para todos. Además, si el matrimonio no tiene hijos menores y/o dependientes, existe la posibilidad de tramitar el divorcio mediante escritura pública ante notario. Es lo que se conoce como divorcio exprés.
En el divorcio contencioso, es uno de los cónyuges quién presenta la demanda de divorcio, quién está representado por un procurador y asistido por un abogado. Tras celebrarse el juicio, el juez dicta sentencia, acordando las medidas que van a regir el divorcio.
¿Cómo elegir a un buen abogado de divorcios?
Uno de los primeros aspectos a considerar es la experiencia del abogado en este tipo de procesos. Del mismo modo que en cualquier otro ámbito, la experiencia es un grado que se debe valorar. Un abogado experimentado sabe muy bien las consecuencias y repercusiones que puede tener una determinada actuación. Además, conoce cuál es la estrategia más adecuada a aplicar en cada caso.
Sin confianza, es imposible que la relación con el abogado matrimonialista vaya como es debido. Debe transmitir seguridad y tranquilidad, y explicar a los cónyuges qué es lo que va a ocurrir y cuáles son los pasos a seguir. Teniendo en cuenta que el divorcio es una de las decisiones más importantes que van a tomar en su vida, esto es vital.
Una de las habilidades más valoradas en un abogado de divorcios es la capacidad de negociación. En un proceso como este, ambas partes deben ceder de alguna manera, y esto es algo que deben entender desde el primer momento. El conflicto no termina con el juicio y la sentencia del juez, porque si hay hijos la relación entre los progenitores va a perdurar en el tiempo. Por esta razón, lo mejor es que los cónyuges se sienten a hablar y traten de llegar a un acuerdo.
Consejos para afrontar un divorcio
Lo primero y más importante es que el divorcio es definitivo ya que conlleva la ruptura del vínculo matrimonial. Por lo tanto, hay que tomar distancia y aprender a estar sin la otra persona. Si hay hijos fruto del matrimonio, deben entender que la relación como progenitores va a continuar, por lo que el afecto y la atención hacia ellos se va a mantener como hasta ahora, independientemente del divorcio.
Durante el proceso, con el asesoramiento legal del abogado se deben determinar asuntos importantes que van a influir en el bienestar de ambas partes. Por este motivo, es importante tomárselo con calma, evitando que las prisas dirijan la manera de proceder. Lo ideal es que ambos cónyuges queden satisfechos con la repartición de los bienes.
