Cómo elegir el abogado adecuado para un divorcio

Si quieres iniciar un proceso de divorcio ya sea de forma amistosa o contenciosa, es indispensable el asesoramiento legal de un buen abogado de familia. Cuando se trata de un divorcio de mutuo acuerdo entre los cónyuges, el abogado es el encargado de la redacción del convenio regulador, un documento en el que se recogen todas las medidas que van a regir la disolución del vínculo matrimonial, como el reparto de bienes o la custodia de los hijos en común, entre otras cuestiones.

Los principales tipos de guarda y custodia de los menores en España son dos. Por un lado, la guarda y custodia monoparental o exclusiva. Tal y como su propio nombre indica, supone que uno de los progenitores,denominado progenitor custodio, será quien cuide a diario de los hijos, y el progenitor no custodio tendrá el derecho de visita, comunicación y estancia con ellos. Y, por otro lado, la guarda y custodia compartida, en la que ambos progenitores pueden tener en su compañía a los hijos por períodos alternos.

Claves para elegir a un buen abogado para un divorcio

Un proceso de divorcio siempre es complicado porque supone una ruptura familiar, por lo que es normal que afloren sentimientos negativos, como la rabia, el dolor o la ira.  A veces, estos sentimientos pueden nublar el juicio y conducen a los cónyuges a realizar conductas poco sensatas. Por esta razón, es esencial contar con un buen abogado que sepa mantener la calma y trate de que ambos cónyuges alcancen un acuerdo para que el divorcio se resuelva por vía amistosa.

Cuando el divorcio es de mutuo acuerdo, ambos cónyuges pueden compartir un mismo abogado. Este debe ofrecer un asesoramiento legal y de mediación familiar, por lo que la empatía es una habilidad a valorar. Si además de ser experto en la materia, cuenta con años de experiencia en su carrera profesional, conseguirá que el divorcio se tramite con rapidez y beneficio a los intereses de ambas partes.

El papel del abogado de familia es clave para que ambos cónyuges lleguen a un acuerdo si hay algún aspecto, como el uso de la vivienda familiar o la pensión de alimentos, en el que no consiguen ponerse de acuerdo, evitando así los conflictos que suelen dar lugar a un divorcio contencioso. Una vez el juez dicta sentencia, pueden darse muchas situaciones en las que los cónyuges precisen la ayuda del abogado. Esto explica que una de las cualidades que deben buscar es la disposición que este tiene para ayudar a sus clientes una vez haya finalizado su causa.

¿Qué tipos de divorcios existen?

Siempre que sea posible, es mejor que el divorcio sea de mutuo acuerdo entre los cónyuges ya que el proceso es mucho más rápido y, además, la carga emocional para ambas partes es significativamente menor. Si no hay hijos menores fruto del matrimonio, pueden resolver el proceso ante notario. Es lo que se conoce como divorcio express, y también es necesaria la asistencia de un abogado que asesore a la pareja y firme la escritura de divorcio.

Ahora bien, si existen hijos menores no emancipados o con la capacidad modificada judicialmente y que dependan de los progenitores, la normativa exige que el divorcio se lleve a cabo por vía judicial, aunque sea de manera amistosa. Cuando los cónyuges no pueden llegar a un acuerdo sobre las medidas que van a regir su divorcio o cuando uno de ellos solicita el divorcio sin el consentimiento del otro, se da el divorcio contencioso. Como no hay consentimiento mutuo, no existe el convenio regulador y es el Juez quien dictamina en qué situación queda cada cónyuge.