En muchos casos el divorcio se presenta como la mejor opción cuando una relación de pareja está completamente rota. Pero esto no es razón para iniciar una batalla judicial ni para utilizar a los hijos como arma arrojadiza en los juzgados. Como abogados matrimonialistas siempre recomendamos que los cónyuges se sienten a hablar las cosas para llegar a un entendimiento e iniciar así los trámites de un divorcio de mutuo acuerdo.
Convenio regulador
El primer paso es redactar el convenio regulador, lo cual se debe hacer siempre con el asesoramiento de abogados especializados en divorcios. En líneas generales, los puntos básicos que deben incluirse en el convenio son los siguientes: guarda y custodia de los hijos menores, régimen de visitas y pensión de alimentos para el cónyuge no custodio en caso de custodia monoparental, atribución del domicilio familiar y reparto de bienes tanto muebles como inmuebles.
Son aspectos muy sensibles, especialmente en lo que respecta a los hijos menores fruto del matrimonio. Por esta razón es tan importante estar asesorados por los mejores abogados de divorcios.
Proceso del divorcio amistoso
El proceso de divorcio de mutuo acuerdo se inicia una demanda que lleva adjunto el convenio regulador, así como la documentación que acredita el matrimonio y el libro de familia. Pueden presentar la demanda ambos cónyuges, o uno de ellos con el consentimiento del otro.
Cuando se tramita la demanda en el juzgado, se cita a ambas partes para que acudan a firmar el convenio y otorgar los poderes que le corresponden al procurador. A diferencia de lo que ocurre en el divorcio contencioso, en este caso los cónyuges pueden estar representados por un único procurador y asistidos por un único abogado.
Una vez ratificado el convenio regulador, el juez estudia todos los puntos que se han recogido en el documento y, si todo está correcto y en orden, dicta sentencia. Por último, envía la inscripción de divorcio de mutuo acuerdo al Registro Civil.
Se trata por lo tanto de un procedimiento muy sencillo, que por lo general no se prolonga más de tres meses.
Ventajas del divorcio de mutuo acuerdo
Sin lugar a dudas, un divorcio amistoso es mucho más beneficioso para las partes implicadas, incluidos los hijos, que uno contencioso, tanto a nivel económico como emocional.
Cuando una pareja ya ha tomado la decisión definitiva de divorciarse, cuando más breves y sencillos sean los trámites, mejor para todos. Además, si el matrimonio no tiene hijos menores y/o dependientes, existe la posibilidad de tramitar el divorcio mediante escritura pública ante notario. Es lo que se conoce como divorcio exprés.
A todo ello hay que sumar que cuando los cónyuges son incapaces de alcanzar un acuerdo el divorcio se resuelve de manera contenciosa. En este caso, no hay convenio regulador, de manera que es el juez el que determina las disposiciones, que no siempre son las que más interesan a las partes. Es decir, es el juez el que determina el uso de la vivienda, cómo se reparten las vacaciones, cuál es el importe de la pensión compensatoria…
En cambio, en el divorcio de mutuo acuerdo los cónyuges tienen la posibilidad de plasmar sus intereses en el convenio regulador, 100% personalizado y ajustado a las circunstancias personales de la familia.
Y, por último, cabe destacar que en un divorcio de mutuo acuerdo no hay ganadores ni perdedores. Existe un acuerdo alcanzado por los cónyuges, algo que resulta muy interesante, sobre todo cuando hay hijos menores.
Si necesitas a los mejores abogados especializados en divorcios, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros.
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