Cómo un abogado puede ser una garantía contra desastres

A pesar de que en muchos casos se vincula el divorcio con un conflicto entre las partes, lo cierto es que la gran mayoría de divorcios que se tramitan en España son de mutuo acuerdo. Y los abogados matrimonialistas tienen un papel de peso en que el número de divorcios amistosos sea muy superior al de contenciosos. Los abogados median entre los cónyuges, lo que acelera notablemente la resolución, y ahorra tiempo y dinero en el procedimiento.

Si hay hijos menores fruto del matrimonio, el papel de los abogados especializados en divorcios es aún más importante, sobre todo si uno de los cónyuges se declara “en rebeldía” y decide incumplir la sentencia de divorcio.

Por todo esto es tan importante elegir al mejor abogado de divorcios. Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso con una gran carga emocional, de forma que es esencial que el cliente cuente con un buen asesoramiento con el letrado, con el que debe mantener una buena relación y una comunicación fluida.

La primera reunión con el abogado matrimonialista es quizá la más importante. Se trata de una toma de contacto, en el que el letrado decide si hacerse cargo del caso.  Toda la información compartida con él es estrictamente confidencial, así que es esencial llevar todos los documentos. El certificado de matrimonio es imprescindible para poder presentar la demanda de divorcio. Se puede solicitar una copia en el Registro Civil.

Además, es muy aconsejable llevar en la primera visita información financiera del matrimonio, independientemente del régimen económico. El abogado debe conocer con exactitud cuáles son los ingresos y gastos, así como los activos y pasivos.

¿Qué tipo de divorcios existen?

De mutuo acuerdo

Más allá de que un divorcio supone la ruptura definitiva de una pareja, la situación “ideal” es la de que las partes lleguen a acuerdo. El proceso es mucho menos traumático, y, además, supone un importante ahorro tanto de dinero como de tiempo. En este caso, los cónyuges deciden conjuntamente quién se queda con la vivienda familiar o cómo se va a regular el régimen de visitas de los hijos menores de edad.

El divorcio amistoso se puede presentar de dos formas: por la vía judicial o de forma extrajudicial ante notario. El divorcio ante notario, más conocido popularmente como “divorcio express”, se puede llevar a cabo siempre y cuando no haya hijos menores no emancipados.

Si se opta por la vía judicial, el primer paso es la presentación de la demanda de divorcio junto con el convenio regulador. Una vez admitida la demanda, se cita a ambas partes, que deben acudir a ratificar el acuerdo por separado. En caso de que no exista acuerdo entre los cónyuges, hay que presentar la demanda de divorcio contencioso.

Si el matrimonio tiene hijos incapacitados o menores, el Juez o el Fiscal pueden solicitar audiencia. Cuando se cumplen todos los trámites, es el Juez el que dicta sentencia y se pronuncia acerca del convenio regulador.

Contencioso

Cuando los cónyuges no son capaces de llegar a un acuerdo, se presenta una demanda de divorcio contencioso. La falta de entendimiento entre las partes puede venir dada por numerosos temas: régimen de visitas, pensión compensatoria, uso de la vivienda familiar, liquidación de los bienes gananciales, etc.

El Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil establecen que uno de los cónyuges puede solicitar el divorcio contencioso sin necesidad de que la otra parte esté de acuerdo. El proceso es más largo que el de un divorcio amistoso, y en España suele durar entre ocho y diez meses aproximadamente.

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