En España existen dos vías de divorcio: amistoso o contencioso. En el primer caso, en el que ambos cónyuges están de acuerdo en poner fin a su matrimonio, a la demanda de divorcio hay que adjuntar lo que se conoce como convenio regulador. Se trata de un documento que los cónyuges deben elaborar asistidos por un abogado matrimonialista, en el que se regulan todas las condiciones relativas al divorcio: uso de la vivienda familiar, pensión compensatoria, reparto de bienes…
En Internet es posible encontrar decenas de plantillas del convenio regulador. ¿Significa esto que un matrimonio que quiere divorciarse puede elaborarlo sin asistencia de un abogado? Por supuesto que no. Cada matrimonio es diferente, de forma que el papel del abogado matrimonialista es clave para redactar los acuerdos alcanzados.
Cabe destacar que para que el convenio regulador de divorcio sea válido es necesario que tenga aprobación judicial. Actualmente es posible divorciarse por vía extra-judicial, siempre y cuando sea de mutuo acuerdo y los cónyuges no tengan hijos menores de edad. Es lo que se conoce como divorcio express o divorcio notarial, y en este caso es el notario quien debe revisar y aprobar el convenio.
¿Qué es el convenio regulador?
Se conoce como convenio regulador al documento en el que se reflejan todos los acuerdos alcanzados por los cónyuges sobre todas las cuestiones que afectan a la disolución del matrimonio, incluidas las relativas a los hijos. Se trata de un acuerdo bilateral que se presenta junto a la demanda en caso de divorcio amistoso.
¿Qué cláusulas hay que incluir en el convenio regulador?
Para la negociación y posterior redacción del convenio regulador la asistencia de un abogado especializado en divorcios es clave. En nuestro despacho ponemos a tu entera disposición a los mejores abogados, quienes te prestarán el asesoramiento y la ayuda legal que necesitas.
El documento debe incluir una serie de conceptos esenciales. En primer lugar, la liquidación económica del matrimonio, lo que implica proceder con el reparto de los bienes y la liquidación de deudas en común. Por supuesto, hay que valorar cuál es el régimen económico del matrimonio: gananciales o separación de bienes. La forma en la que se realiza el reparto viene determinada en gran medida por el tipo de régimen.
En segundo lugar, el uso de la vivienda familiar, especialmente si existen hijos menores fruto del matrimonio. En tercer lugar, la guarda y custodia de los hijos. Por lo general, este es uno de los campos del convenio regulador que más discusiones conlleva entre los cónyuges. La custodia puede ser compartida entre los progenitores, o puede recaer de manera exclusiva sobre uno de ellos. En este último caso, hay que pactar el régimen de visitas para el progenitor que no tiene la custodia de los hijos.
Y, por último, si hay hijos menores en común y la custodia es exclusiva de uno de los progenitores, hay que determinar una pensión de alimentos. En algunos casos también se puede establecer una pensión compensatoria para uno de los cónyuges si tras el divorcio queda en una situación de desprotección respecto al otro.
Una vez redactado y acordado el convenio regulador, hay que presentarlo junto con la demanda de mutuo acuerdo. Si hay hijos menores, el proceso de divorcio debe llevarse por vía judicial. En este caso, el juez cita a los cónyuges para que ratifiquen el convenio para proceder a su aprobación. Además, el Ministerio Fiscal debe personarse de manera obligatoria para velar por los intereses y derechos fundamentales de los menores.
Si estás buscando al mejor abogado de divorcios para redactar y tramitar el convenio regulador, te invitamos a contactar con nosotros.
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