divorcio

¿Por qué es tan necesario tener un abogado para divorciarte?

En el proceso de divorcio, el papel del abogado es absolutamente fundamental, incluso si este es de mutuo acuerdo entre los cónyuges. Una de las diferencias más destacadas entre el divorcio amistoso y el divorcio contencioso es que en el primero los cónyuges pueden compartir abogado, mientras que en el segundo cada uno debe contratar a su propio abogado. Por difícil que resulte, siempre lo más recomendable es llegar a un acuerdo ya que el divorcio amistoso es mucho más rápido, sencillo y económico.

Son muchas las parejas que plantean la pregunta de si es válido un acuerdo privado de divorcio y si las medidas que hayan alcanzado sobre los hijos en común sin ratificar en el Juzgado tienen validez, y la respuesta es no. En este caso, no se puede inscribir la disolución del vínculo matrimonial en el Registro Civil ni las medidas a los menores tienen validez alguna desde el punto de vista legal. Por lo tanto, en caso de incumplimiento del régimen de custodia o de la pensión de alimentos, no se puede solicitar al Juez que la otra parte cumpla con lo establecido.

El trabajo del abogado de divorcios va mucho más allá del trámite para disolver el vínculo matrimonial. Incluso con una sentencia firme, pueden seguir existiendo conflictos entre los cónyuges y/o progenitores, por incumplimiento de la pensión de alimentos, por ejemplo. También puede suceder que las circunstancias cambien y se quiera pedir una modificación de medidas.

Cabe señalar que la obligatoriedad de contratar a un abogado en un divorcio viene recogida en el artículo 82 del Código Civil: “Los cónyuges deberán estar asistidos en el otorgamiento de la escritura pública en Letrado en ejercicio”. A esto hay que sumar que desde 2005 no es necesario alegar ninguna causa para solicitar el divorcio, ya sea de mutuo acuerdo o contencioso.

Divorcio de mutuo acuerdo

En un divorcio amistoso, el primer paso es redactar el convenio regulador de la mano del abogado. En líneas generales, los puntos básicos que deben incluirse en el convenio son los siguientes: guarda y custodia de los hijos menores, régimen de visitas y pensión de alimentos para el cónyuge no custodio en caso de custodia monoparental y reparto de bienes tanto muebles como inmuebles.

El proceso de divorcio comienza con una demanda que lleva adjunto el convenio regulador. Pueden presentarla ambos cónyuges, o uno de ellos con el consentimiento del otro. Cuando se tramita la demanda en el juzgado, se cita a ambas partes para que acudan a firmar el convenio y otorgar los poderes que le corresponden al procurador.

Una vez ratificado el convenio regulador, el juez lo estudia y, si todo está correcto y en orden, dicta sentencia. Por último, envía la inscripción de divorcio de mutuo acuerdo al Registro Civil.

Divorcio contencioso

El divorcio contencioso se da cuando los cónyuges no son capaces de llegar a un acuerdo. Cualquiera de las partes puede presentar la demanda en el Juzgado para que comience el procedimiento. La demanda debe estar redactada y firmada por un abogado y un procurador.

Una vez el Juez admite a trámite la demanda, se le notifica al otro cónyuge, y éste tiene un plazo de 20 días para responder a la misma. Una vez lo haga, se les cita para la celebración del juicio, en el que cada uno de los cónyuges defenderá su postura. A diferencia de lo que ocurre en el divorcio amistoso, no son los cónyuges quienes definen con la asistencia de su abogado las medidas a adoptar mediante el convenio regulador, sino que es el juez quien lo hace.

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