Existe la creencia generalizada de que un abogado solo es necesario en caso de divorcio contencioso, en el que los cónyuges no son capaces de llegar a un acuerdo. Sin embargo, el papel del abogado también es muy importante en el divorcio amistoso, e incluso en el divorcio exprés que se lleva a cabo ante notario.
El abogado matrimonialista es un profesional de derecho cuya función principal es la de asesorar y representar a sus clientes en un proceso de divorcio. Lo más importante es buscar las soluciones más beneficiosas para ambas partes en función de las circunstancias tanto familiares como personales de los cónyuges.
Cuando el divorcio es contencioso, cada una de las partes debe estar representada por su propio abogado. Mientras, si el divorcio es amistoso, los cónyuges pueden compartir abogado, lo que se traduce en un gran ahorro económico. En cualquier caso, la elección de un buen abogado es esencial en un proceso de divorcio.
Se trata de un proceso muy duro desde el punto de vista psicológico y con una gran carga emocional, así que es fundamental que los cónyuges se sientan arropados y comprendidos por su abogado, y tener con él una comunicación fluida. Además, el letrado debe informarles del desarrollo del proceso.
Contencioso o de mutuo acuerdo
Cabe señalar que el divorcio de mutuo acuerdo no es necesariamente de manera exclusiva para cónyuges que se llevan bien. También es el más adecuado para aquellos que quieren tomar sus propias decisiones y que no sea un juez quien decida por ellos.
En muchos casos, el proceso de mediación es duro y complicado, pero merece la pena tratar de llegar a un acuerdo. De lo contrario, hay que iniciar un divorcio contencioso, un proceso mucho más largo que el amistoso, cuya duración puede ser de entre ocho y doce meses, dependiendo del juzgado.
En los últimos años, el divorcio exprés, una modalidad de divorcio amistoso, se ha convertido en la mejor de las opciones. Siempre y cuando no haya hijos menores de edad fruto del matrimonio, los cónyuges pueden divorciarse sin tener que acudir al juzgado, a través del notario.
Convenio regulador
En un divorcio amistoso, los cónyuges deben llegar a una serie de acuerdos que van a regir la ruptura del vínculo matrimonial, los cuales quedan reflejados en el convenio regulador. Es el abogado matrimonialista quien redacta este documento y lo presenta en el Juzgado junto con la demanda de divorcio y otros documentos. Los puntos más relevantes del convenio regulador son los siguientes:
- Liquidación económica del matrimonio: hay que proceder con el reparto de los bienes y la liquidación de deudas en común. La forma en la que se realiza el reparto viene determinada por el tipo de régimen económico del matrimonio, gananciales o separación de bienes.
- Guarda y custodia de los hijos: este es uno de los temas que más conflictos genera entre los progenitores, así que el papel del abogado es muy importante. La custodia puede ser compartida por los progenitores, o recaer de forma exclusiva sobre uno de ellos. En este último caso, hay que acordar el régimen de visitas y comunicación del progenitor no custodio.
Pensión: si uno de los progenitores se queda con la custodia exclusiva de los hijos, hay que establecer una pensión de alimentos para el progenitor no custodio. En algunos casos también se puede establecer una pensión compensatoria para uno de los cónyuges si tras el divorcio queda en una situación de desprotección respecto al otro.
